martes, 29 de septiembre de 2009

Sus escrituras

Y si... las melenas tienen una particular dependencia con las letras.
Cuando vacilan, cuando se las ve ensimismadas, es porque están a punto de perderse en las palabras.
En un principio, se agobian con todas ellas como si fueran una masa pegajosa que no las deja en paz. Apenas respiran.
Se adhieren al pensamiento de las melenas, las palabras, perdiendo así todo sentido, si es que alguna vez lo tuvieron.
Luego, cuando logran una relativa independencia de ese estado penoso, se sirven de lo primero que encuentran para escupir frases como si intentaran librarse de un monstruo.
Llenan hojas en cantidad con esas palabras, con esas ideas viscosas.
Luego sienten alivio, un gran y placentero vacío se apodera de ellas.
Y suspiran.